miércoles, 28 de noviembre de 2012

GANAS DE REÑIR; HERMANOS QUINTERO








  Un rincón en un calle de Sevilla. Puerta de la casa de Martirio. Es por la tarde, en primavera.
    Martirio, bellísima mujer, hija de un popular regente de imprenta, sale a la puerta de su casa a esperar sentada a su novio, que es fotógrafo. Tiene los ojos negros y negro el cabello, y esta tarde, negras también las intenciones. Le ha amanecido el día con ganas de reñir.

MARTIRIO: ¡Jesús con mi madre! ¡Las cosas de las viejas, señó! Si una no riñera con su novio na más que cuando tiene motivos, ¡vaya una grasia! ¡Una grasia mohosa! La cuestión es reñí sin motivo. Se tienen ganas de reñí como se tienen ganas de comerse un durse o de toma un pescao. Y hoy tengo yo ganas de reñí. Y riño. ¡Ya lo creo que riño! Santitos que me pinte van a sé demonios. Esta tarde riño con é. No es que terminemos, no; es que riño esta tarde. Se me ha puesto en la cabesa reñí. Ayí viene. Míalo qué risueño. Poco le va a durá la sonrisa. Y contoneándose. Ya te daré yo contoneo. Y creyendo que lo voy a resibí como a un Rey Mago. ¡Sirba, sirba!... ¡To el aire que eches fuera te lo vas a tené que sorbé!... ¡Sirba, sirba!...

(Breve pausa). (Sale, en efecto, silbando, Julián, con rostro placentero.
El hombre viene a pasar allí el mejor rato de todo el día).

JULIÁN: ¡Hola, perdisión!
MARTIRIO: ¡Hola! ¿No traes er perro?
JULIÁN: No. Lo he dejao en casa.
MARTIRIO: ¡Como venías sirbando!...
JULIÁN: ¡Ah! Contento que está uno.
MARTIRIO: ¿Estás tú contento?
JULIÁN: ¿No me ves? ¿Y tú, no estás contenta?
MARTIRIO: Estándolo tú...
JULIÁN: Me lo dises con una cara...
MARTIRIO: Con la que tengo, hijo.
JULIÁN: ¿Te pasa argo?
MARTIRIO: ¿A mi? ¿Por qué?
JULIÁN: ¡Qué sé yo! Te veo de una forma... ¿Me he retardao, quisás? (Mira su reloj). Ar contrario: no; son las seis, y tos los días vengo a las seis y media...
MARTIRIO: Lo cuá sinifica que tos los días pues vení antes, y no vienes... porque no se te antoja.
JULIÁN: Según se da er trabajo en la fotografía...
MARTIRIO: Yo no me voy a meté en averiguarlo, ¿sabes?
JULIÁN: Unas veses acude mucho público y otras veses poco...
MARTIRIO: ¡Si no te pido esplicasiones, Julián! Ayá tú.
JULIÁN: Er resurtao es que te incomodas porque vengo a verte media hora antes. Lo tendré presente pa mañana.
MARTIRIO: ¿Pa mañana? No pienses pa tan lejos.
JULIÁN: ¿Eh?
MARTIRIO: Ya lo he dicho.
JULIÁN: (Haciéndose cargo de la situación, como otras veces).¡Bueno está! (Pausa. Silba de nuevo).
MARTIRIO: Sirba, hijo, sirba más; a vé si viene er perro y me yena de purgas.
JULIÁN: Tú, tú; que mi perro no tiene purgas.
MARTIRIO: ¡Ah! es verdá: soy yo quien se las pega ar perro.
JULIÁN: Pero, mujé, ¿qué bicho te ha picao?
MARTIRIO: ¡Habrá sío una purga!
JULIÁN: ¡Vaya! ¿Y tu madre?
MARTIRIO: ¡Ya era hora, hombre!
JULIÁN: ¿Qué?
MARTIRIO: ¡Ya era hora de que me preguntaras por eya!
JULIÁN: ¡Si acabo de yegá, Martirio!
MARTIRIO: Pero has tenío tiempo de hablá de veinte cosas antes que de mi madre; er perro, los sirbíos, mí cara, tu negosio, la hora, las purgas... ¡Lo úrtimo, mi madre! ¡Bien le pagas lo que te quiere! Pos te engañas en más de la mitá: mi madre, pa mí, es lo primero. Si lo quieres así, lo tomas, y si no, lo dejas. Esto no armite variante.
JULIÁN: To lo que sea pa ti lo primero lo es siempre pa mí.
MARTIRIO: ¿Mi madre va a sé pa ti primero que tu madre? ¡Eso se lo cuentas a tu abuela!
JULIÁN: Bueno, cuando no se quiere comprendé...
MARTIRIO: ¡Si yo soy un soquete!

(Pausa).

JULIÁN: ¿No me has sacao siya?
MARTIRIO: ¡Como no pensaba que ibas a vení tan temprano!... ¡Has venío tan temprano!...
JULIÁN: Claro; sí. Iré yo por una, en castigo.

(Va a entrar en la casa y la impertinencia de Martirio lo detiene).

MARTIRIO: Mi padre, bueno; grasias.
JULIÁN: Con tu padre he estao yo hablando hase sinco minutos, y sé que está bueno. Salía de la imprenta y lo he acompañao hasta er café.
MARTIRIO: Pero ¡yo no soy adivinadora!
JULIÁN: Es verdá. ¡Ni yo adivinadó tampoco! ¡Y bien que lo siento; porque me gustaría adiviná qué caracoles te susede esta tarde!
MARTIRIO: Mira, mira, fotógrafo: gritos y palabrotas, no; que la caye es muy ancha y pues irte por donde más coraje te dé. (Julián hace un gesto, y luego se vuelve de nuevo hacia la casa para entrar en ella).¡Ahí está! Ensima, vuérveme la esparda.
JULIÁN; ¡Si voy por la siya! ¿He de entrá en tu casa andando pa atrás, como pasean las monjas?

(Se mete dentro tal como dice).

MARTIRIO: Ya verás, ya verás. Todavía no he empesao. Y er día que me coge con ganas de reñi, ér mismo me ayuda. Na más de verlo tan campante, se me aumentan. Paesco una gata frente a un perro. Ya verás, ya verás. (A él, que trae una silla). ¡Hombre, qué bonito! ¿No se te ha ocurrío cogé la siya más que de la sala?
JULIÁN: La que he encontrao más serca, Martirio.
MARTIRIO: Y, ¿no se te figura mucho lujo pa la puerta e la caye?
JULIÁN; ¿Cuár traigo entonses? ¡Dímelo tú!
MARTIRIO: ¡Cuarquiera menos ésa!
JULIÁN: ¡Bueno! (Éntrase en la casa otra vez).
MARTIRIO: Ya verás, ya verás. ¿De dónde sacará mi madre que pa reñí hasen farta motivos? ¡Chocheses! Y, sobre to, que si yo no riño esta tarde, no duermo esta noche. ¡Y prefiero que no duerma é!

(Vuelve Julián con otra silla vieja cuyo asiento está roto).

JULIÁN: ¿Habré asertao ahora? ¡No me dirás que ésta es de lujo!
MARTIRIO: ¡Mira qué ánge tienes también! ¡Míralo qué grasioso! ¡Ponme en vergüensa, hombre! ¡Que cuarquiera que pase y la vea prinsipie a yamá a voses ar siyero!
JULIÁN: No tengas cuidao, porque el asiento voy a taparlo yo ahora mismo. (Se sienta). Ya está. ¡Lo que es otra siya no saco!

(Pausa. Él no sabe ya qué decirle. Enciende un cigarrillo).

MARTIRIO: ¡No podía fartá la chimenea!
JULIÁN: (Levantándose y tirando el pitillo con rabia). ¡Caray, que no hay manera de entenderte!
MARTIRIO: ¿Ves? ¡Ya está el asiento al aire!
JULIÁN: ¡Pos déjalo! ¡Así se ventila! Quéate con Dios, y tómate un cosimiento pa la sangre, prenda.
MARTIRIO: ¡Ah!, pero, ¿te vas?
JULIÁN: ¡Naturarmente! ¡Ni que te conosiera de dos días! Ya está visto que esta tarde hay que peleá porque sí. Y como está visto y yo no quiero peleá porque sí, me voy sin más espera.
MARTIRIO: Pretextos pa dejarme cuando te aguardan los amigos, no te fartan nunca.
JULIÁN: ¿Es desí, que yo me voy ahora por gusto, por capricho?
MARTIRIO: ¡A vé!
JULIÁN: ¡Ea! ¡Pos no me voy: me quedo! ¡Te brindaré este plato una vez más!
MARTIRIO: ¿Una vez más o una vez menos?
JULIÁN: Eso no lo entiendo, Martirio.
MARTIRIO: Ni yo tampoco. Pero en esta casa er regente de imprenta es mi padre: yo no tengo por qué medí las palabras. Digo siempre lo que se me viene a la boca. Si conviene, bien; y si no, lo dicho; la caye es más larga que ancha y está sembrá de cayejuelas. Don Rodrigo murió en la jorca. Y fuma, fuma si te lo pide er cuerpo.
JULIÁN: No. Te molesta el humo.
MARTIRIO: El humo, no: es lo único que no me molesta. Me molesta er pitiyo. El argodonsito de la boquiya ¡me da un asco!... ¡Uf! ¡Qué asco me da!
JULIÁN: ¡Pos fumo emboquiyaos porque te daban asco los otros!
MARTIRIO: ¡Pos ahora me dan asco los emboquiyaos!
JULIÁN: Sí, sí. (Después de otro silencio, se levanta y se acerca a ella para quemar el último cartucho. Advierte entonces que vuelve a dejar descubierto el roto asiento de la silla, y la tapa con el sombrero). ¿Se te pué preguntá una cosa?
MARTIRIO: Y siento; ¿soy yo un puercoespín?
JULIÁN: ¿Has resibío las pruebas de los retratos?
MARTIRIO: ¿De qué retratos?
JULIÁN: ¡De tos tuyos!
MARTIRIO: ¿De los míos? Pero ¿aquéya soy yo? ¡Qué való tienes! ¡Te lusiste, hombre! Aquéya será una muñeca; pero ¡lo que es yo!... Por toa la vesindá he paseao las pruebas, y la que más ha tomao er retrato por er de una parienta mía más negra que er betún. ¿Soy yo tan negra, hijo?
JULIÁN: ¡Desgrasias! Ya ves tú, yo estaba contento...
MARTIRIO: Amor propio de los artistas. Pero ni conmigo ni con mi familia das nunca en er clavo. Siempre te has de estreyá. Acuérdate de lo der tío Jasinto.
JULIÁN: ¿Qué es lo der tío Jasinto?
MARTIRIO: ¿No te acuerdas? Pos ¡chico bochorno pasó! Le hisiste tú er retrato pa er kilométrico, tomó er tren... y en la primera estasión lo echaron abajo. ¡Si se paresería!
JULIÁN: (Sonriendo). Ese es un cuento que anda por Seviya... y a ti se te ha antojao encajármelo ahora. Pero yo no soy aquer fotógrafo. En fin... la voluntá me sarve. Veremos otra vez.
MARTIRIO: ¡Como que voy yo a está vistiéndome ca cuatro días y subiendo y bajando a tu palomá hasta que tú des en la yema! Y cuidao que te lo previne: ¡yoviendo no sale bien ningún retrato! Pero te empeñaste. Y en er momento de quitarle er tapón a la máquina, diluviaba.
JULIÁN: Sí, sí. (Se hace aire con el sombrero).
MARTIRIO: ¿Tienes caló?
JULIÁN: ¿Es que no lo hase?
MARTIRIO: Yo no tengo ninguno.
JULIÁN: Pos yo sí.
MARTIRIO: Tú eres muy fogoso.
JULIÁN: ¿Muy fogoso? (Con violencia y coraje). ¡Si yo fuera muy fogoso, Martirio!...
MARTIRIO: ¿Qué? ¡Acaba hombre! Amagá y no dá es de... de...
JULIÁN: ¿De qué? ¡Acaba tú!
MARTIRIO: Acaba tú primero.
JULIÁN: Sí, voy a acabá, sí; voy a acabá por irme.
MARTIRIO: ¡Como que no deseas otra cosa desde que yegaste!
JULIÁN: ¡Cuando lo despiden a uno!...
MARTIRIO: ¡Cuando una ve que se viene ar lao de una por compromiso!...
JULIÁN: ¡Cuando uno se convense de que no se trata más que de peleá sin rasón!...
MARTIRIO: ¡Ah! ¿Yo no tengo rasón pa peleá contigo esta tarde?
JULIÁN: ¿Qué rasón tienes?
MARTIRIO: ¿No tengo rasón?
JULIÁN: ¡Dime una siquiera!
MARTIRIO: No te dará en los dientes, goloso.
JULIÁN: ¡Dime una!
MARTIRIO: Eso quisieras tú. A mí me gusta que se me lean las cosas en la frente.
JULIÁN: ¡Pos lo que es eso!... Apenas he yegao esta tarde te he leío como en un carté. ¡Ganas de reñí que tienes hoy! ¡Ni más ni menos!
MARTIRIO: ¿Ganas de reñí?
JULIÁN: ¡Ganas de reñí que te entran como un costipao... y hasta que no lo sudo yo no te pones buena! ¡Ea! ¡De verano!
MARTIRIO: ¿Ar fin te vas?
JULIÁN: ¡Claro! ¿Pa qué he de quedarme más tiempo? ¿No querías reñí? ¿No hemos reñío ya? ¡Pos Santas Pascuas y que sea enhorabuena!
MARTIRIO: Mira, Julián, no grites, que estamos en la caye.
JULIÁN: ¡Pos métete dentro!
MARTIRIO: ¡Qué bonita contestasión! ¡Y soy yo la de las ganas de peleá!
JULIÁN: ¡No; soy yo!
MARTIRIO: ¡Digo, si eres tú!
JULIÁN; ¡Yo, yo; yo que he venío a verte con esas intensiones!
MARTIRIO; ¡Eso es!
JULIÁN: ¡Eso es!
MARTIRIO: ¡Eso, eso es; no lo repitas con retintín!
JULIÁN: ¡Sin rintintín ninguno! ¡Eso es!
MARTIRIO: ¡Eso es!
JULIÁN: ¡Ya, grasias a Dios, estamos de acuerdo! Y como ya estamos de acuerdo grasias a Dios... ¡hasta mañana si Dios quiere! ¡O hasta er día der Juisio!
MARTIRIO: ¡Hasta er vaye de Josafá! ¿A mi, qué?
JULIÁN: ¡A sudá er costipao! (Vase echando fuego por el lado contrario al que llegó).
MARTIRIO: ¡A sudarlo! ¡Tómate un seyo urgente! (Gritándole cuando ya ha desaparecido).¡Si te piensas que ahora voy a yorá, te equivocas! (Sonriendo dichosa después). ¡Diga mi madre lo que quiera, esto sabe a gloria bendita! ¡Ay, qué a gusto estoy!

Negro se va pa Triana.
Y ér sabe que hemos reñío
porque a mi me ha dao la gana.
¡Es mío! ¡Na más que mío!
¡Qué pases las de mañana!


Déjame tu opinión, gracias.

7 comentarios:


  1. Sé que es largo de leer; y soy la primera a quien cuesta leer algo extenso en el ordenador,(en papel lo que se me dé), pero...es que me hace taaaanta gracia, es que me deja tan bien...

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  2. El arte y la calidad son atemporales; por eso el texto te hace gracia y te deja tan bien. Debe ser el premio para los buenos artistas, que sucesivas generaciones siguen experimentando sensaciones con su obra,un roce a la inmortalidad...

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    1. Mi querido amigo, ¿quién iba a leerlo, por largo o corto sino tú, gran lector de Clásico? No, si cuando digo que escribes bien porque lees bien, no me equivoco.

      Un abrazo de aquí a Singapour.

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  3. Yo también lo he leído...y no sólo lo he leído, sino que me ha encantado recordarlo en uno de esos teatros del colegio, en el que ¡¡Cómo no!! la hija del alcalde era la protagonista. Me hubiera encantado hacerlo yo...pero siempre sabíamos quién era la protagonista en todo...jejejeje

    Tengo que admitir que me ha costado leerlo, porque el tema de la Y me nubla la vista...

    Gracias por traérnoslo y proporcionarme un poquito de cultura literatia, que falta me hace...

    BESOS, AMIGA.

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    1. Mi niña,¿tú también lo has leído?. Mil y una gracias, este entremés teatral es genial, sin duda.

      Lola mi curso también lo representó, la prota fue Mari Luz, yo de estos eventos me escaqueaba cuando podía, dios mío era demasiado tímida, de este teatro me libré jiji.

      No, gracias a ti.

      Muchos besos

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  4. ¿Como no disfrutar con los Quintero?. Esa gracia andaluza que por más que se intente desclasificar e incluso descalificar acaba imponiéndose por cohone, leshe, porque no hay quien lo iguale.

    Besos, y por favor, no me riñas, jajaja.

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  5. Opino lo mismo Tano, claro que en mí, opinar eso de los andaluces no es que tenga mucho mérito...jeje

    En lugar de reñír, que eso es mu' cansao', mando besos sonrientes pa' los madriles.

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