Mi lápiz tan manso: LIBROSLECTURASLECTORESLIBROSLECTURASLECTORES

viernes, 5 de julio de 2013

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5 comentarios:

LOLA5 de julio de 2013, 14:04
Me encantaaaaaa....jajajajaja.

besos.
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Asun6 de julio de 2013, 9:24
Nada como leer despreocupadamente en verano.
Besos querida Sete.
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Esteban Ferrández7 de julio de 2013, 13:30
Así es, un libro de papel. Todo un universo en tus manos que puedes acariciar y hasta oler. Lo dejas en tu librería, lo tomas 3 años después y ...¡Funciona!
Un abrazo.
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SU OBRA ES FASCINANTE

"El fin de la Poesía es atravesar el corazón como una espada".La sombra de mi alma - huye por un ocaso de alfabetos - niebla de libros - y palabras. La lluvia tiene un vago secreto de ternura - algo de soñolencia resignada y amable - una música humilde se despierta con ella - que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

-F García Lorca-

Valora la belleza de las cosas simples. Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, - pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Jamás hubo otro principio que el de ahora - ni más juventud o vejez que las de ahora - Y nunca habrá otra perfección que la de ahora -Ni más cielo o infierno que éstos de ahora - Instinto, instinto, instinto - Siempre el instinto procreando el mundo.

-Walt Whitman-

-Han tomado esta parte -dijo Irene. El tejido le colgaba de las manos y las hebras iban hasta la cancel y se perdían debajo. Cuando vio que los ovillos habían quedado del otro lado, soltó el tejido sin mirarlo.

-Julio Cortázar-

Nos hemos quedado en el jardín los gorriones, Platero y yo. ¡Los gorriones! Bajo las redondas nubes, que, a veces, llueven unas gotas finas, ¡cómo entran y salen en la enredadera, cómo chillan, cómo se encogen de los picos!

-Juan Ramón Jiménez-

Dos palabras tan dulces que la luna que andaba - Filtrando entre las ramas - Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras - Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento -Moverme para echarla.

-Alfonsina Storni-

Cúanto te habrá dolido acostumbrarte a mí...-a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan. Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos- y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos- en abanicos gigantes

-Pablo Neruda-

viernes, 5 de julio de 2013

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