miércoles, 11 de septiembre de 2013

"Sabrás cuánto puedes herirme"


“Sabrás cuánto puedes herirme”

[Carta manuscrita, fechada en Viena el 31 de octubre, sin año, pero sin duda de 1951.]

Viena 31 de octubre

Mati mía?:
Solo anteayer te escribía con mis grandes decisiones, defenderemos nuestro amor toda la vida. Ayer en el tren debí conversar largamente con José sobre la tía que no me quiere y así examinamos de donde sabe ella ciertas cosas y nos pusimos a recorrer mis amistades y las tuyas. Así -sin que lo esperara- supe lo que me ocultabas, las largas horas que casi diariamente has pasado allí y con quiénes, y muchos mas detalles.
Matilde, fue todo esto un nuevo puñal, pero hay en tus cartas algo que me hace no tomar ninguna decisión apresurada, tu me dices que hasta hoy fuiste avara de tus cosas, pero que todo me lo contarás.
Esto me ha reanimado. Si con toda tu verdad, aún lo que no se puede ni pensaste decir vienes a nuestro encuentro, yo sacaré toda la fuerza necesaria, y es posible que pueda vencer, y conservarte. (A esto vino a juntarse rumores venidos de Suiza de tu viaje con tus amigos mexicanos) Querida, si supieras como he escrito con tu pensamiento fijo y como, ocultándolo, te he buscado tiernos, tiernos regalos que te llevo, sabrás cuanto puedes herirme, pero solo con la mentira o sin la verdad. Todo esto, con gran esfuerzo lo hablaremos. El proyecto de reunirnos no encuentra ningún obstáculo, por el contrario, va mejor cada dia. Y nosotros? Sería, creo, a mas tardar el 10. Un beso, pero en la frente de quien quiere, de veras, defender tu amor.
 
Pablo Neruda
 
Pablo Neruda y Matilde Urrutia, en Isla Negra, Chile.
 
Qué pasión tan retenida debió ser. En la correspondencia, (en esta y otras que he leído), puede verse al amante frustrado claramente. Debería hacerse una película con gran estilo de esa etapa de los enamorados ocultos y distantes, ¿no crees? Una con una delicada BSO y una impactante fotografía de los países por los que viajaban ambos, por separado. Una de esas películas que uno no puede olvidar jamás...
 
 Mejor con tu opinión, gracias.

5 comentarios:

  1. Pues Sete, el año pasado las leí y me encantó hacerlo; son tan hermosas y tan llenas de pasión, que me olvidaba de moralismos, y de juzgar si a quien le escribía era a Matilde o a Delia o a quien fuera. Su amor era un torrente, quemaba y hoy todavía enciende (por lo menos a mi me llega sus brasas). hay una carta que se titula: Todo mi cuerpo está saturado de ti. Eres parte de mí” y siempre recuerdo su final, es un viaje a lo sublime: “Hay algo más importante que tu y que yo, somos tu y yo. Juntos somos lo que la pobre gente no alcanza jamás, el cielo en la tierra. Te aprieto a mi corazón, amor mío, con cuerpo, alma y amor.”
    Gracias por hacerme recordar y vivir de nuevo este gran amor.
    Un abrazo fuerte

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  2. Buenos días Marta;

    Lamento que te decepcionara. Verás, si bien en las memorias de Neruda (que encuentro deliciosas), se narran episodios que restan elegancia al hombre, cierto es que no advierto mayor agravio. En cuanto a sus cartas, Pablo Neruda es el poeta enamorado por antonomasia, y toda la escritura que le nace de ese estado me derrite. No creo que pueda verlas de otro modo.

    Agradezco mucho tu opinión, que tengas un feliz sábado.
    Un abrazo

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  3. Sí Susana, son tan hermosas y románticas...
    La que citas me gusta especialmente, gracias a ti por venir a leer.

    Un abrazo, amiga.

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  4. Hoy de camino por estos y otros andurriales, me vinieron a la mente algunos versos del Poeta:

    "¿Quiénes son los que sufren? No sé, pero son míos."

    Abrazos.


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    1. Buenos días Juanma, qué alegría tenerte por aquí. Los versos esos de Neruda no los conozco, así que se agradece la reseña que viene a colación.

      Un besote.

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