En el año dos mil once el musical El Fantasma de la ópera celebra su veinticinco aniversario en el incomparable marco del Royal Albert Hall londinense. El productor Cameron Mackintosch y los directores Nick Morris y Laurence Connor se disponen a hacer vibrar el teatro llevando a cabo una puesta en escena sin parangón. Los elegidos para encarnar al enigmático fantasma y a la dulce Kristine en esta significativa representación son el tenor Ramin Karimloo y la soprano Sierra Boggess respectivamente. Una joya de la Ópera y el drama inquietante, embaucadora, apasionada hasta el delirio. Bella puesta en escena, pero aún más bellos lucen Ramin y Sierra, cuyas interpretaciones son absolutamente brillantes.
Hace unas pocas semanas durante unas jornadas culturales aquí en Granada tuve la suerte de ver proyectada en una enorme pantalla de cine esta grabación que está tomada directamente del teatro. Fue todo un descubrimiento.
Mejor con tu opinión, gracias.
El fantasma de la ópera es una de esas historias que todo el mundo conoce y que rara vez hayan leído. Excelente novela de Gastón Leroux. Se ha llevado a la pantalla hasta la saciedad, incluso existe una película musical de los años setenta dirigida por Brian de Palma titulada El fantasma del paraíso. Esta historia es una de mis favoritas de siempre. ¿Acaso no hizo un remake nunca reconocido Chaplin en Candilejas? El monstruo, el viejo, el relegado de la sociedad oculto en las entrañas de la tierra. El monstruo bueno que se enamora de una joven muy guapa que anda perdida y él le ayuda porque tiene sensibilidad y conocimiento, precisamente lo que hoy no se valora. Ay, cuánta gente hay en este mundo muy parecida al fantasma de la ópera.
ResponderEliminarBesos, mi bella Sete
El monstruo y la bella, todo un cliché que nos encanta. Obra de Gastón Leroux y que se inspira a su vez en la también novela "Trilby", de George du Marier publicada a finales del siglo diecinueve, sea como fueren las anteriores obras, este musical me Enamora. Ni que decir que me he hecho fan de Ramin y Sierra.
ResponderEliminarUn abrazo, Francisco.