Álgida y torpemente está la lucha mía
en la lucha solo estás tú
desterrándome con tu belleza.
Rápidamente te desnudas
y tus ojos enormes se fijan
sobrevuelo el terreno tuyo pasando asoladora
querido mío, tan precioso eres
que ni sangre hay en tus heridas
mis espadas han caído sobre tus pies
mirándome tiernamente
y rendida me he arraigado a tu sábana
como un yedra blanca y repentina
he bailado un segundo alrededor
con fingida victoria, como un tiovivo alegre.
Cómo no amarte como loca mujer
si mi razón ya no es sino incordura
mandaste tus heraldos batallones
beber vino y endulzar mujeres.
Me río yo contenta como se ríe una necia
te inclinas tú y el corazón frío me besas.
Mi jovial soldado en la lucha solo estás tú,
tú solo desterrándome con tu belleza.
Tiempo de naranjas, Bubok Publising.
Mejor con tu opinión, gracias.
Preciosas palabras, intemporales. Parece que fue ayer.
ResponderEliminarBesos y naranjas.
Parece que fue ayer, cierto, querido Esteban.
ResponderEliminarUn abrazo.
No conozco tu poesía pero en estos versos see lee una mezcla de sentimientos en el presente con la esencia de un modo perdido de amar, algo de otro tiempo.
ResponderEliminarSaludos
Bienvenido, gracias por el comentario.
ResponderEliminarUn saludo.