lunes, 6 de agosto de 2012

''MI PAÍS INVENTADO'', IMPRESIONES DE UNA LECTORA




Mencioné el otro día que estaba leyendo el libro ''Mi país inventado'' de la buena escritora chilena Isabel Allende. Pues ya he terminado su lectura y creo que puede ser interesante dejar aquí mis impresiones para que puedan servir de orientación a aquel que se disponga a leerlo, o bien que no sepa qué leer en este momento. Desde ya les digo que queda muy recomendado por esta que escribe. También mencioné que es la segunda vez que lo leo. La primera tuvo lugar en el año dos mil siete. Como entonces no conducía recuerdo que lo leí en los trayectos del autobús camino al trabajo. Empezaré diciendo que la semana en que he estado sumergida en Chile he tenido la impresión de hacer un turismo de calidad por este país ―estrechísimo y largo como una judía― tan largo como la lista de matices indicativos de su idiosincrasia, sobradamente logrados por la narradora. Es de recibo resaltar el ritmo narrativo de vértigo, rasgo a considerar cuando se enfrenta un libro de naturaleza intimista, qué inteligente Isabel porque, lo cierto es que, cuando uno piensa en leer unas memorias puede verse asaltado por la pereza. No es el caso, ella lo logra, atrapa al lector con hábil dialéctica y lo lleva por un caudal de información inquieto. La vida de Isabel Allende, periodista en primera instancia, activista y escritora que fue Premio Nacional de Literatura, y quien asevera haber escrito un libro por año vivido (obviamente no autobiográfico), ha transcurrido dando saltos de país en país, y también en constantes regresos y marchas de su Chile. Este trasiego se da desde que Isabel fuera una niña, lo que la convierte en extranjera irrevocable. De este fenómeno se queja la chilena una y otra vez en las memorias, aunque admite que, si no fuera por tanto traslado y debido a la enorme melancolía que la habita por no ubicarse en ninguna parte, hoy no sería escritora. Sin dudas que esta perspectiva de expatriatriota, si cabe el término, deja escribir desde lo objetivo, favoreciendo el ojo crítico de la escritora. De modo que uno puede oler la gastronomía nacional, y así la autóctona, casar con los brevajes más inospechados, puede disponer de un catálogo preciso del carácter de sus habitantes―de ellos, de ellas― asimismo admirarse de los cambiantes paisajes que se dan en la trayectoria geográfica de Chile; desiertos arrasados, gélidos glaciares, bosques impenetrables, ya lluvia, ya calor insufrible, ya frío de pelarse. Este libro se huele, se saborea, se palpa...Dice su autora, quien menciona los versos de Neruda y su cometido social en varias oportunidades, que los chilenos son gente melancólica sin parangón, por consiguiente hay más poetas por metro cuadrado que en algún otro lugar del mundo; El tono de melancolía estremece al lector cada dos por tres en "Mi país inventado'", sobra decir. Y en verdad tuvo que inventarlo. No siempre lo que veía y sentía en su patria fue complaciente, sino más bien lo contrario. Se pusieron tan duras las cosas que temió por su vida y hubo de abandonar su amado país, muy a su pesar. El pasado reciente de Chile está cubierto de polvo y miseria, de convulsión política. Ha sido dura con sus compatriotas, del mismo modo que sus circunstancias personales fueron pésimas con ella. Ha sido crítica con sus parientes, con los que dice no hablarse en la actualidad. En cualquier forma lo de su familia merece trato aparte. Pueden ustedes imaginar el más loco y pintoresco primo, tío, o abuela, por rebuscado que sea, no importa, hay uno de esos en su familia. Los hay a pares, de hecho, diría que merece este libro ser leído solo por la dicha de enfrentar a esos personajes. Un libro cuya narración trasciende más de cuarenta años atrás, aleccionador. Una historia entrañable, de costumbres, conformada por personas gentiles, también entrañables y como trasfondo un país apabullantemente hermoso. Y que Allende tiene la generosidad para con sus lectores, de trasladar cuanta miseria hay arraigada en lo más profundo de su disidente alma, con un sentido del humor encomiable. Me he reído bastantes veces con los golpes de esta mujer. Bravo, Isabel.
En definitiva, "Mi país inventado" resulta una manera gratuita de hacer turismo desde el sofá de casa. Finalmente, un viaje a alguna parte dentro del corazón de una mujer enamorada con rabia de su bella patria.
Sepan una vez más de la magia de un libro. La que no tiene igual. La magia de los grandes comunicadores.

Setefilla Almenara J.

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