jueves, 8 de enero de 2015

Mínimo tigre de salón



A mi hermana Maria José, 
porque ama los gatos, 
se asombra y admira de ellos
y su infinita delicadeza
en el mismo modo en que lo hago yo. 



Dormir felinamente
-Tigre-


Mi recuerdo para el fotógrafo Jordi Arias,

a quien le conozco una fotografía
verdaderamente hermosa de su gato Hammer, 
creo recordar que se llama.
Aparece el animal enroscado sobre sí
y duerme.  



Los animales fueron
imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco se fueron
componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.

El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.

No hay unidad
como él,
no tienen
la luna ni la flor
tal contextura:
es una sola cosa
como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno
firme y sutil es como
la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos
dejaron una sola
ranura
para echar las monedas de la noche.

Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón, nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas
cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando
de todo lo terrestre,
porque todo
es inmundo
para el inmaculado pie del gato.

Oh fiera independiente
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico
y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un
desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma
en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y perteneces
al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos
de su gato.

Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago,
el mar y la ciudad incalculable,
la botánica,
el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo,
la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.


Oda al gato/Pablo Neruda


Este es un poema
que le descubro a don Pablo
esta misma mañana. Pocos poetas
me sensibilizan y aproximan tanto a la poesía
como logra él. Las virtudes, dones del gato
exaltados por don Pablo Neruda,
no es posible más felicidad.


Mejor con tu opinión, gracias.

6 comentarios:

  1. Imposible decir más de un gato. Cómo sin estos poetas... besos.

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  2. Y qué preciosidad de poema...
    Gracias por pasar.
    Un besote.

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  3. Feliz Año Nuevo!...un placer verte de nuevo

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  4. Comparto el gusto por el gran Pablo Neruda, Maestro de maestros. Otro día volveré por tu delicado y siempre acogedor lugar. He echado en falta en mi repaso algún dibujo. Volveré, querida Sete. Un abrazo con cariño.

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  5. Hombre, Salvador, qué alegría saludarte, muchas gracias por todos esas lecturas y comentarios. Los dibujos pueden verse al pie del blog y también de manera individual a la derecha, en las etiquetas.
    Un abrazo, amigo.

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