* * El niño mendigo ©* *
Setefilla Almenara Jiménez
(Granada 2012)
En la enérgica hora primera del día, cuando de la Plaza de Abastos, quedan olvidados los duros bancos de enrejado y piedra, de vecinos que apostados al fresco pelan pipas y conversan llanos, vuelvo los ojos a su figura menuda. El niño mendigo. Descansada la barriguilla al aire en la antigua taza de la fuente —que vívida— se bombea el agua en un soniquete repetido, intenta rescatar del fondo claro, dos o tres peces hechos de imaginación niña. Hay que mirarlo trayendo al cristalino el alma misma, qué inocente tersura redondea vulnerable el cuerpecillo inclinado…
En las angostas callejas que colindan la plaza, toda clase de mujeres, rollizas, enjutas, alegres, o enlutadas, asiendo talegas con pan o cestos de los que asoman cartuchos de pescado fresco, hormiguean jaleosas saludándose por entre las tiendas y ninguna entra en la plaza holgazana. Cual si un Murillo resurrecto se hubiera ensimismado en su contemplación desde uno de los bancos, solo el niño en su soledad la ha enlentecido en su lienzo inmortal y perdurable, alegórico y de lejana hermosura.
Me quiero acercar ingresando en su fecunda novela infantil, cuidándome de aventar siquiera uno de los críos fabulosos y azules que impalpables lo rodean, —bañándose brevemente o girando en derredor brincadores—, de rápidos cantos y risas repentinas. La criatura, al advertirse, mirándome se endereza desprendido, juntos los labios de exuberante grana. "0ye chiquitín, ando buscando yo un lucero que anoche se cayó del cielo, ¿no serás tú?, lo digo porque es blando, chiquito, y moreno, igual a ti." El chiquillo mira arriba un punto y enseguida me busca otra vez, encogiendo los hombros. Y eclipsa mi talla, toda en su largura, con un cobertor de madrugada lenta; o con la red de un pescador, espesa, oscura y viva, que fuera la mirada tranquila del niño pintado.
¡La pila de agua bendita! En qué pila, por jordánica y virginal, se me mandaría remojar las manos para llegar a rozar, como el que roza un lucero celeste, la mejilla arrebolada del niño mendigo.
'Niño Mendigo'; Murillo |
Mejor con tu opinión, gracias.
No pienses que exagero o te adulo gratuitamente. Es bellisimo el lugar al que transportas con tus escritos. Lo haces llevando al lector en volandas con magia y maestría. Me ha parecido leer en uno de tus comentarios que lo de escribir es una actividad reciente. Celebro que hayas escogido ese camino para mostrar lo artista que eres. Preséntate a algún concurso, seguro que consigues un reconocimiento importante. Tienes mi admiración y yo la alegría de este descubrimiento. Un saludo
ResponderEliminarSalvador te agradezco las palabras tan bonitas y motivadoras que me dejas. Tú debes saber lo satisfactorio que es poder con las letras de uno transportar la mente de un lector a otra realidad sensorial; tener en tu poder ese movimiento de traslación es la gloria del que escribe, por esto mismo me encanta que el lugar al que te he llevado sea bellisimo.
ResponderEliminarDecirte también que suelo participar en certámenes; de hecho en este momento estoy a la espera del fallo de dos de ellos en los que he participado...ya lo de quedar finalista...
Muchas gracias por hacerme llegar tus impresiones también aquí, espero que encuentres cosillas agradables cuando te des un paseo.
Saludos cariñosos.
Sete
Amigos del mundo buenos días desde España, compartiendo la alegría de leer lo ya escrito.
ResponderEliminarOs espero y os abrazo.
Setefilla
Punto por punto, comparto el comentario de Salvador. Siempre grato visitarte Sete.
ResponderEliminarbesos
Salvador es el amigo Lumino :)
EliminarSiempre grato recibirte.
Un beso, Antonio.
Sin lugar a dudas el espíritu navideño te ha cubierto con su nacarado manto. Los niños Dickens proliferan en tus manos.
ResponderEliminarUn relato tierno y muy, muy especial. He disfrutado leyéndolo. Un beso muy grandote. Anna
Los niños pobres son especiales, por ser más vulnerables. Yo quería escribir sobre uno, y así representar a todos ellos, de ahí el título "Una prosa para siempre". Por tanto, me encanta tu calificativo de 'especial', muy agradecida por verte aquí, y satisfecha por haberte hecho disfrutar de la ternura.
EliminarEnorme abrazo
Sete.
Lo has bordado, Sete. Sin dudas, uno de los mejores textos que te he leído. La forma, el contenido, el ritmo... Has logrado un combo que entra por todos los sentidos y pega de pleno en el corazón. Sinceramente: Felicitaciones!!! Un beso para tí, mujer!
ResponderEliminarVaya, Bee, veo que te ha gustado bastante, siempre me alientas con tus comentarios, además esta prosa es una de mis preferidas. Mil gracias por venir.
EliminarUn abrazo para Argentina.
Setefilla
El "Niño mendigo" es sin duda uno de tus mejores trabajos en prosa. Recreas un escenario histórico con mucho acierto que casi puedes oler, y yo situaría a algún personaje de la novela picaresca o al mismísimo Lazarillo de Tormes muy cerca del mercado, guiando a su amo...
ResponderEliminarLo que diferenciaría tu relato de ese género literario es la delicadeza y la enorme ternura que has empleado para crearlo, y que hacen de su lectura un goce para los sentidos.
Felicidades,amiga mía, por este precioso texto tan bien elaborado.
Besos agradecidos.
Esteban.
Eres muy generoso, mi querido amigo. Días atrás me decías lo mucho que te gusta esta prosa, tras leerla en el libro.Y también dejas constancia aquí de tus impresiones. Me siento feliz, te sonrío.
EliminarGracias a ti.
Marta, qué alegría para mí recibirte de nuevo, cuídate mucho, gracias por tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo
Setefilla
Delicioso, Sete.
ResponderEliminarUn beso grande.
Otro beso para ti, J Antonio, me alegra saludarte.
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