PECHOS DE MÁRMOL
Complacido
y sumiso
el amor
de un hombre
cuando
se tiene.
El amor
de un hombre,
cuando
se ha perdido,
masculino
rayo
de escalofríos.
Y soledad
de cuerpos
estanques
llenos de ausencia
y pechos
de mármol
sin recostadas
cabezas.
Setefilla Almenara
El amor y el desamor, eterna fuente de inspiración.
ResponderEliminarPersonalmente, creo que no existe diferencia alguna entre sexos al sufrir o hacer sufrir desamor; como mucho en las formas, pero el fondo es igual para todos.
Me gusta tu forma de expresarlo.
Muchos besos.
Cuánta razón tienes, mi querido Esteban.Yo también creo que los sentimientos no entienden de géneros. Sí diría, que la forma de hacer saber a los otros las emociones derivadas del amor y desamor, difiere bastante en hombres y mujeres.
EliminarMe gusta que te guste,y me encanta verte en mi casa.
Muchos besos para ti también.
Sete
Escalofríos que pueden darse cuando las situaciones son en cualquiera de los dos sentidos. Escalofrío de ardiente final cuando los pechos recogen presencias como botín tras la batalla y escalofrío de gélido fin cuando es la ausencia la que se apodera de los torsos.
ResponderEliminarHasta la mitáfora más tímida secrece hasta el infinito en tus letras, queridísima amiga.
Besosssss con escalocalores, y dejémonos de fríos.
Pues sí, Felipe, en lo que refiere el poema, el escalofrío se reduce al segundo de los casos que expones.
ResponderEliminarGracias infinitas por tu dedicación, y ya tus despedidas...me llenan de orgullo y satisfacción jejeje, eres único.
Pues eso, vengan esos escalocalores.
Sete