Alberto Vázquez |
Cualesquiera que seáis los que ahora
me tenéis de la mano, soltadme pues,
leed estas mis estrofas con sosiego
en ellas no me hallaréis, ya os digo.
Yo, que pertenezco a ninguna parte,
ah yo, que no soy nada, yo no soy nadie;
un hilo de agua discurriendo en donde sea,
andando, corriendo, gastando
la gracia que se me diera
y que para los hombres de este mundo es,
o un trozo de viento a las montañas
lamiendo los coléricos vértices,
entregando los labios a sus coronas nieve.
Yo escarbo la tierra con afán humilde,
poco represento, apenas la levedad de un ser,
y aun las manos mías se vuelven larvas frescas
porque La Tierra me exige y me gloria,
y así, con los ojos cristal tornados hacia dentro,
cegada busco el cáliz que en el seno de la tierra aguarda.
Yo amo a todos los hombres.
A todos os quiero besar con pasión.
Oid, es el amor un rayo eléctrico
y yo me he procurado el epicentro de un istmo
para que en mi cuerpo tenga impacto.
Porque de una sangre como esta mía
el esplendor aún no ha venido.
Yo soy el anhelo perpetuo
que en lo verde ansía consuelo.
Y es por esto que en la raíz de un leño me deslizo
y asomo cada vez con una forma nueva,
o vapor solar o rocío celeste.
Así pues, entre los tallos me barruntaréis,
mi alma estelar como líquida savia,
como flujo que hacia los seres todos se dirija.
Contempladme así incorpórea
si es vuestro deseo buscarme,
mas dejadme allí por lo que reste,
y continuad vuestra senda.
[Empero tened con vosotros, hermanos,
— hermanos míos complacientes—
también con vuestra elevada alma,
el espíritu mío inconquistable]
Setefilla Almenara J.
Mejor con tu opinión, gracias.
Querido lector,
ResponderEliminarEn ocasiones, sucede que leemos un poema que nos representa o identifica. La gloria es mayor, si cabe, cuando además lo ha escrito uno mismo.
Un abrazo.
En verdad Sete que debes ser receptora de amor por toneladas con tanto que expresas, aunque el verdadero amor no tiene porqué coartar tu libertad sino más bien brindarte refugio.
ResponderEliminarLos humanos llegamos a sentir tanta grandeza que habita en organismos tan limitados, extraño resulta nuestro efímero destino sobre todo porque siempre nos desarrollamos entre lo desconocido. ¿Cómo será que aparece en la mente lo pintado y lo escrito?
Quizás jamás lo sabremos.
Un universo de momentos.
Besos desde la gran distancia.
Tengo la fortuna de sentirme muy querida por los míos, sí amigo. Gracias por leerme y compartir tus interesantes reflexiones.
EliminarUn abrazo.
Sete.
Una de las cosas que se han perdido en la poesía actual es la musicalidad del poema, la música de las palabras,quizá una excepción, una tal Sete, maravillosa instrumentista de palabras que nos transporta a través de esa brisa ligera que nos besa con pasión y lo sentimos como un rayo eléctrico y después de va inconquistable y nos deja con éxtasis y a la espera de que vuelva. Así
ResponderEliminarde mágica es esa poetisa guapísima, esa maravilla incorpórea que nos deja con el gran deseo de buscarla. Ay,Sete, ¿por qué nos haces esto? Es tan dura la espera.
Besos
jeje, Francisco, qué comentario tan entrañable, (también abrumador), y qué bien le sienta a este poema. Se me ocurre que en el caso de que sea muy dura la espera, te sugiero que leas alguna que otra entrada anterior, (tan olvidadas las pobres). Me gusta que menciones la musicalidad en las palabras. Música y Palabra, un tótem superior.
Eliminar¡Un abrazo!
Sete.
UNA INTERIORIDAD DIVINA!!!!!!
ResponderEliminarBESOS
Bello poema, Setefilla, un abrazo.
ResponderEliminarAlfredo, bienvenido y gracias por quedarte en este espacio,
EliminarUn saludo.
Setefilla.
Música y belleza de la mano. Me gustó mucho. Saludos
ResponderEliminarMe alegra, José Luis.
EliminarUn abrazo.
Pienso que lo único que nos diferencia del resto de animales es nuestra capacidad de abstracción. Y digo esto porque tu poema es un claro ejemplo de introspección personal, imposible de ser realizado por cualquier forma de vida que no tenga esa capacidad de tomar consciencia de sí mismo y de sus múltiples entornos afectivos.
ResponderEliminarSí, ya sé que me he puesto un poco metafísico, pero convendrás conmigo que el poema invita a ello. Falta saber si hablas en primera persona, en cuyo caso te muestro mi discrepancia con algunos pasajes del supuesto autorretrato. ¿ Cómo que no eres nada ni nadie? Tú eres mucho, poeta amiga, como escritora y sobre todo como persona !Guapa!
Un poema interesante y denso, para leer despacio e intentar desde la levedad del ser encontrar ese cáliz que en el seno de la tierra aguarda.
Un abrazo desde la incipiente primavera sevillana.
Esteban.
Hola Tita ,soy Marta ,me gusta muchiisimos tus poemas ,aunque no logro entender algunas cosas y ademas los retratos que tienes aqui al lado son preciosos.
ResponderEliminarDesde aqui te mandamos muchos besos y abrazos.
Vuelve pronto.
Besos
Marta
Martita, mi niña, qué sorpresa. Te diría que eres uno de los seres más dulces que conozco, si no fuera porque te lo he dicho setenta mil veces ya. Y no te preocupes si no entiendes todos los delirios estos de tu tía. De aquí a nada los estaremos leyendo y comentando de mujer a mujer, ¿quieres?
EliminarIré pronto por allí.
Un beso, dos, cinco, siete...
Gracias ,tita
EliminarMuchos besos
Esteban, nos sentimos seres grandes o pequeños en función de las comparaciones que se den, frente a la Naturaleza la levedad del ser es un axioma. Perdona que no me extienda más, los poemas deben ser interpretados por quien los lee, a su forma. El autor propone, no impone, ¿verdad? Por lo demás, agradecerte un comentario tan dilatado y recreado, amigo.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Sete.
Setefilla, muchas gracias por hacerme sentir parte de tu harén.
ResponderEliminarLLámese harén almático, espiritual.
EliminarUn beso, Guiller.
Si sigues escribiendo de este modo, al final te vas a convertir en mi poetisa de cabecera. Al tiempo.
ResponderEliminarUn beso.
Guay, ¿y podré expedir recetas...? (risilla)
EliminarOtro beso.
Creo que ya te lo comenté, no leo poesía, mucho menos puedo escribirla, es un defecto ganado por haber leído de la muy mala (porque yo no creo que todo sea poesía). Pero cuando aparece alguna así, como la tuya, me maldigo por no haber tenido profesores o amigos que me enseñaran que existe una forma bella de engarzar versos.
ResponderEliminarY a pesar de que puedo valorarla, siento que ya perdí algo que no se recupera.
Un beso grande.
HD
Sabes disfrutar la poesía, eso es mucho, muchísimo, te felicito por eso. En cuanto a escribirla, quien sabe que ocurrirá mañana, de pronto necesitas escribir desde ese otro lenguaje, indagar en tus otras miradas.
EliminarUn abrazo, lindo.
Setefilla.
Hola, Setefilla. Leyendo este poema tuyo, me ha venido a la mente otro de Walt Whiitman. Como sé que es devoción compartida, permite que lo transcriba aquí. Creo que, al cabo, estáis hablando de lo mismo. Besos.
ResponderEliminar19 (Song of Myself por Walt Whitman)
He aquí la cena servida para todos, he aquí el alimento que ha de saciar el hambre.
Está servido para malvados y para justos. He llamado a todos.
Ninguna persona será despreciada o rechazada, invito al esclavo de labios gruesos, invito al que padece mal venéreo; No habrá diferencias entre estos y los demás.
Esta es la presión de una mano tímida, ésta es la sensación y el olor de los cabellos,
Este es el contacto de mis labios con los tuyos, éste es el murmullo del anhelo,
Esta es la profundidad y la altura que reflejan mi rostro,
Esta es la fusión deliberada de mí mismo, y otra vez la expansión.
¿Te imaginas que tengo algún propósito oculto?
Sí, lo tengo porque los aguaceros de abril lo tienen, y la mica de las rocas lo tiene.
¿Crees que quiero asombrar?
¿Asombra la luz del día? ¿Asombra el petirrojo temprano cuando gorjea en el bosque?
¿Asombro yo más que ellos?
En este momento revelo cosas secretas,
no puedo decírselas a todos, pero ya te las confiaré a tí.
Qué maravilloso es Whitman, cuánta calma y sabiduría transmite sus Hojas de hierba. Muchas gracias por todo Luis, por tu visita, por quedarte en este espacio, y por este regalo que me traes.
EliminarUn saludo.
Setefilla.