Contaré una anécdota. Era el año dos mil diez. Hice un dibujo
para conmemorar la desaparición de mi admirado Michael Jackson. Una celebración
de su persona y su legado hay que decir, conmemorar muertes es horrible. Es
horrible porque el día de autos el muerto está más muerto y más ausente y,… Contaré
la anécdota. El dibujo lo hice en mi bloc tamaño A3. Se trataba de una composición
en la que se veían las manos de Michael. Él las tenía negras y preciosas. Como
referencia para las manos seleccioné dos fotos diferentes. Una de ellas
respondía al cover del LP “The best of Michael Jackson” que fue lanzado por la Motown en el setenta y cinco. A los
acérrimos de Jackson no les será difícil recordar la imagen, es esa en la que el
futuro Rey del Pop, Rock and Soul, como lo nombrara Taylor en aquella célebre
noche, sujetaba una paloma blanca que tenía las alas desplegadas. De manera que
esta imagen de la mano y la paloma quedaba a un lado del dibujo. Recuerden
ahora la promoción del CD “Dangerous” que fue editado por Epic Records en el noventa y uno. En el libreto interior de la carátula podía verse al de Indiana sobre
las puntas, con camisa blanca y pantalones negros, en una postura imposible de semisentado,
y con una mano apoyada en el cuádriceps. Muy atractivo, sin duda.
Esa mano estirada y morena ocuparía el otro lado del dibujo. Era bonito el
dibujo. En el buche de la paloma blanca impoluta, digo, se entreveía un
mapamundi. Algo así como una alegoría que decía que Michael entregaba sus mensajes
de paz y amor al mundo y el planeta (que lo hacía), con su creación musical. Llegada la noche de San Juan yo tenía todos los retoques aplicados. Una vez finiquitado
el trabajo había que admirarlo, a partes iguales que sacarle defectos. De modo
que lo arranqué con cuidado y, escrutado el salón, convine recostar el A3 en la
pared frente al sofá, sobre el mueble. Delante le puse dos teas aromáticas y
blanquitas que al encender, el panorama me hizo sentir que rendía un tributo
redondo al artífice de Bad. Bien, ya me
podía relajar en el sofá. Con total seguridad les digo que era previsible lo
que sucedió a continuación. Ni había agarrado aún el mando de la tele cuando
pasó. Resultó que las proporciones del dibujo hicieron acopio de las leyes de
la física, como es natural. El papel se venció sobre sí mismo en un rulo que
cayó hacia adelante, sobre las llamas. Había retazos ardiendo sobre el mueble, entre
este y la pared, y abajo en la tarima flotante. A mi obra que ardía
magníficamente estuve dándole tortazos hasta que se hubieron
extinguido las llamas y el dibujo. Ya ven, ideas de lumbreras. A toro pasado
esta anécdota me hizo llegar a algunas conclusiones; Una de ellas ya la sabía, mi
torpeza me convierte un espécimen con el que me río mucho. Otra es que parece
que en la noche de San Juan uno esté avocado a quemar, aunque no quiera. Y la
última y más resaltona son las artimañas de que se valen los ídolos de
uno, capaces de hacerte sonreír también desde arriba.
A la memoria de Michael Jackson.
Cinco años sin ti.
Setefilla A.

Mejor con tu opinión, gracias.
En verdad que la anécdota se presta a múltiples interpretaciones. Por un lado está el folclore popular de la noche de san Juan; por otro la capacidad de comunicación de los espíritus del más allá, por otro el simbolismo de las fallas de Valencia...Yo me inclino a apostar por tu capacidad cómica para hacernos sonoreír con tus divertidas aventuras.
ResponderEliminarBesos sonrientes.
Me gusta que seas tan explícito, mis divertidas aventuras, dices, jeje. Por alguna extraña razón me persiguen las situaciones surrealistas, como la que me pasó en la consulta del médico, seguro que te acuerdas, esa se lleva la palma. Lo bueno es que me da la risa, en cantidades ingentes...
EliminarUn beso.
Sete preciosa. Me quedo con la eterna duda acerca de las posibilidades, de si el universo será sincrónico y del ultimo sentido de la existencia. Si tal cosa existe.
ResponderEliminarTener dudas es bueno, nos mantiene el intelecto alerta.
EliminarUn abrazo, Carlos.
Me encantó leer la anécdota. Tus lectores te sentimos cercana. Un abrazo :))
ResponderEliminarNo sé si esta es la primera vez que hablamos, lo cierto es que tengo la sensación de que no, pero al ir a tu blog veo que este no tiene actividad alguna. En cualquier caso bienvenida/o, te agradezco el comentario.
EliminarUn saludo cordial.
Por cierto, el teclado de mi tablet también tiene múltiples interpretaciones, entre ellas está la capacidad de inventar palablas como "sonoreir". Otro motivo más para sonreír...
ResponderEliminarTranquilo, a todos nos juegan malas pasadas lo del texto predictivo, nos hacen escribir cada cosa...ay.
EliminarMuy bella anécdota Sete. Seguramente detrás de todo ello hay un deseo por conectar lo fantástico con lo real y ¿porqué no? suponer que tu admirado anduvo por allí, actuando una vez más; pero esta vez para alguien en especial...
ResponderEliminarEs evidente que me siento muy cómoda haciéndole el guiño a Michael, se me ve el plumero.
EliminarUn abrazo, Osvaldo, gracias por comentar.
UN FULLL TRIBUTO, AL GRAN Y VERDADERO REY DEL POP.
ResponderEliminarUN ABRAZO
El único Rey del Pop, inigualable.
EliminarUn beso.
Ese rey del pop querido por todas... Te dio una Noche de S. Juan para recordarla. Un abrazo, Anna
ResponderEliminarMichael amaba a sus fans y los respetaba por encima de todo. Memorable esa noche de San Juan del 2010 :)
EliminarAbrazos, linda.