Como el Expreso de Oriente
el color de la noche
tiene matices imposibles.
Luego estás tú,
y los puentes de las ciudades
en las que nunca he estado.
La vida que has tenido,
y las bandadas de aves
contra el cielo
que se te parecen.
Tú.
A las maquetas de zepelín
en el escaparate de Rennes
las prefiero a media tarde
igual que a los nenúfares de Monet,
también a ti.
He empezado a detestar las cosas
que no son de nosotros
como este crepúsculo
que muere, que se parece a mí.
Y luego la lluvia,
la visión de tu gorra cashmire
a un extremo del buró
que sí era tuyo, mío.
Tú y el otoño. Las calles de París.
El día aquel en que partías
con ojos tristes.
Tú. Yo. Nosotros.
El Expreso de Oriente
que se escapa.
Setefilla Almenara Jiménez
Mejor con tu opinión, gracias.
Amigos lectores, tras un periodo sin escribir poesía, esta tarde escribo este boceto otoñal y quedo a la espera de vuestra opinión. Os dejo un abrazo.
ResponderEliminarPletórico de preciosos escenarios.Amorosa dinámica de las palabras y una sutil melancolía. BESOS.
ResponderEliminarCarlos audaz, gran placer tenerte en mi casa, pero eso ya lo sabes.
EliminarUn besazo.
NOSTÁLGICO OTOÑO URBANO. EXCELENTE GESTA.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Amigo, poeta, gracias por venir también esta vez. El otoño y la nostalgia van de la mano, luego está el amor...
EliminarAbrazo de vuelta.
Como el Expreso de Oriente
ResponderEliminarel color de la noche
tiene matices imposibles.
Luego estás tú,
y los puentes de las ciudades
en las que nunca he estado.
La vida que has tenido,
y las bandadas de aves
contra el cielo
que se te parecen.
Tú.
¿Que decirte?...¿Me encanta? Solo esto, así, sin más. lo veo poco, pero como no doy para mucho más, permíteme que así de escueto te lo comente.
Un beso en esa preciosa frente.
Antonio
Me encanta está bien, jaja. Ay, tú y tu espontaneidad, amigo Antonio, gracias por ese beso que te devuelvo, con mi agradecimiento por la visita.
EliminarCertera lírica y metáforas.
ResponderEliminarNos leemos.
Saludos ;-)
Jorge, bienvenido;
EliminarAcabo de venir de tu blog, que he encontrado muy interesante de leer.
Gracias por la visita, nos leemos.
Saludos
Un poema bohemio y delicioso... De esos que degustas con la taza de café y su lectura. París, sin lugar a dudas la ciudad -no de la luz (que sí)-, del amor.
ResponderEliminarMe encantó, besitos. Anna
Gracias, Anna. Por cierto, que suelo leer tus recomendaciones en google, y así he descubierto grandes blogs y autores.
EliminarMe alegra que te gustara.
Un besazo.
Me encantó. Saludos
ResponderEliminarJosé Luis, bienvenido de nuevo. Digo de nuevo porque aseguraría haber dejado una respuesta a tu comentario días atrás, y ahora que vuelvo a ella resulta que no está, en fin. Gran satisfacción que te encantara el poema, tratándose una pluma tan fina como la tuya. Muchas gracias.
EliminarUn saludo atento.
Qué bonito poema, Sete, me ha encantado el ambiente que creas, bohemio y un punto exótico. Emana una gran nostalgia, y las imágenes me transportan al barrio antiguo de una gran ciudad, París o cualquier otra gran urbe europea en un día nublado, como el que hace hoy en Sevilla, perfecto para leerlo de nuevo y disfrutarlo.
ResponderEliminarBella creación, uno de tus poemas que más me han gustado este año.
Fuerte abrazo.
Muchas gracias amigo. Todas esas impresiones tuyas son afines al poema.
EliminarOtro abrazo de aquí a Sanlúcar.
Vine, leí y de repente me encontré en Paris, en otoño, y con la sensación melancólica de que perdí un amor.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un beso grande.
HD
Me alegra recibirte de nuevo y haberte contagiado de las emociones del poema, Humberto.
EliminarMuchas gracias, un besote.
Hola Sete, voy dando una vuelta y me encuentro con tu otoño. Una delicia, porque traernos un pedacito del París bohemio, mezclado con despedidas y expresos de Oriente... la atmósfera perfecta.
ResponderEliminarBesos
Asun, qué alegría saludarte, gracias, para delicia tu visita.
EliminarFuerte abrazo.
Estupendo el blog, escrito con un lápiz tan manso, pero tan certero.
ResponderEliminarHola Raquel, gracias por pasar.
EliminarUn saludo