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H I S T O R I A D E U N C I R I O
Una centuria de hombres
de relumbrante yelmo,
en el pecho hincado el estandarte
de no haber hallado vencimiento,
tiraban.
Quedó, del largo cirio
que tus pasos, ¡oh bendito!
hasta mi claustro alumbraban,
la llama en mi pecho hendida.
¡No pudieron arrancarla!
Tiempo de naranjas/Setefilla Almenara Jiménez
Bubok Publishing
Mejor con tu opinión, gracias.
Los amantes, amados, clásicos.
ResponderEliminarBuenos días, amigos.
Buenos días Sete, este es uno de los que más me gustó.
ResponderEliminarSaludos madrileños.
¡Muchas gracias, amiga, qué alegría saludarte!
EliminarAbrazos.
GUAU...! LINDO...
ResponderEliminarUn abrazo, fiel Adolfo.
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